CARCELES Y RECREACIÓN (2ª PARTE)

Mi tía abuela Amalia y su esposo Juan Grabiel (según cuenta mi abuela) vivían en Parapara, estado Guarico, eran pequeños agricultores, con pedacito de tierra, pero sin capital y el naciente banco agrario les otorgó un crédito de 2.000Bs, sin ningún tipo de orientación ni acompañamiento, se los dieron a destiempo(fuera de la época de siembra), pero tenían que sembrar para comenzar a pagar (no tenían casi tiempo muerto)y como no era temporada perdieron la cosecha y como no tenían ara comer si quiera el resto del dinero se lo comieron y así se quedaron peor que como estaban y entonces llegó el banco y les dijo que como no tenían como pagar que tenían que darles las tierras.
Con todos los vecinos fue igual, con el tiempo todos tuvieron que dejar sus tierras e irse a otros rumbos a buscar mejores oportunidades…
Así llegaron a Caracas, específicamente al Barrio Santa Cruz, en Las Adjuntas, Parroquia Macarao. Llegaron sin nada, con las esperanzas y un montón de muchachos bajo el brazo, con las esperanzas no pudieron hacer mucho ya que esas oportunidades de trabajo de las que se hablaba no existían para gente como ellos, analfabetas, campesinos, inocentes e ignorantes en esta nueva realidad y con los muchachos tampoco pudieron hacer mucho, no había más que monte y culebra y había que trabajar pa’ vivir o pa’ medio vivir o sobrevivir, abajo había una escuelita, pero pa’ que iban a estudia’ esos muchachos jala’ escardilla, trae’ agua con tobo desde el río, cort’a monte eso era el verdadero trabajo que se necesitaba y las mujeres a lav’a pa’l río, a cocina’, a medio barre’ el piso de tierra.
También se mudó mi abuela y su segundo esposo, ya con 9 muchachos, a estos si los pusieron a estudiar en la escuelita, pa’ ve si salían pa’ lante, mi abuela consiguió trabajo gracias a una adeca del barrio como mantenimiento en el hospital de Los Teques, de su bauche le descontaban para pagar una cosa que decía deuda externa, ella no sabía qué era eso, pero se lo descontaban, también cuando votaba tenía que llevarle las tarjetitas de los colores sobrantes a la amiga (para demostrar que había votado por AD y así no perder el trabajito). No tenía tiempo para nada, especialmente para atender a los muchachos.
El esposo de mi abuela y el de mi tía abuela y el de cada una de las mujeres que comenzaron a poblar ese montañoso y frío cerro buscaron trabajo, como albañiles, obreros de fabricas, camioneteros, en fin en lo que se pudiera para mantener a la familia.
Cabe entonces una pregunta ¿Cómo se recreaban? Si la recreación es un derecho universal y una necesidad básica… ¿cuáles eran sus modos y medios para recrearse? Hay que respnder esta pregunta de acuerdo al género y la edad:
Para los hombres la respuesta a esta pregunta llega de manos de Cervecería Polar, camiones y camiones de cerveza comenzaron a llegar a los barrios y los hombres que antes usaban su dinero para la familia y los muchachos ahora lo utilizaban para la cervecita, primero los viernes después de la jornada, pero poco a poco comenzó a ser más frecuente y comenzaron a ser violentos y a golpear a sus mujeres y violar a los hijos e hijas a maltratar, se convirtieron en victimas y en victimarios producto única y exclusivamente de un modo de recreación cruel y brutal: el alcohol.
Para la mujer en cambio la historia fue otra una parte del presupuesto familiar debía estar orientado a la compra de un radio (elemento tecnológico) esencial si se quería ser “alguien” en el barrio y con el radio llegaron las radio novelas, así las mujeres dentro de sus labores del hogar esperaban con ansias esas historias que hablaban de mujeres pobres como ellas que se hacían ricas por conseguir un marido rico y escuchaban los comerciales de productos que ellas jamás iban a poder adquirir pero que les hacían ilusión, comidas que nunca probarían, casas que nunca tendrían, en fin, sumidas en una ignorancia absoluta, entregadas a las labores del hogar y a enamorarse de las voces que día a día salían de aquel aparato espectacularmente mágico.
Los niños y niñas en cambio estaba a su suerte, jugando lo que podían y como podía, no había para comprar juguetes así que los buscaban entre la basura de los portugueses o los inventaban, tampoco había quien los guiará en sus juegos o les hablara de valores.
Y así fue surgiendo la vida en estos espacios donde los valores estaban siendo transformados poco a poco y lentamente, los valores relacionados con lo espiritual y familiar traídos del campo estaban siendo sustituido por lo material y la violencia producto de una ciudad dominada por el capital...

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